Foto de Liam Pozz en Unsplash
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Australia, tierra prohíbida para la toxicidad y la cultura troll

El primer ministro australiano propone la primera ley anti-troll del mundo que convertirá a las plataformas en responsables del comportamiento tóxico.

SPOTLIGHT
– Australia introducirá nuevos poderes judiciales para obligar a las redes sociales a desenmascarar a los trolls anónimos
– Facebook, Twitter o Instagram se considerarán editores y podrán ser responsables de los comentarios difamatorios publicados en sus plataformas

La toxicidad. Ese halo que cubrieron las redes sociales y que provocó que millones de usuarios decidieran abandonar ciertas plataformas para tranquilidad de su salud mental. A día de hoy, estudios médicos e incluso la filtración de documentos internos de Facebook han demostrado cómo cierto uso de las redes y el comportamiento de sus usuarios puede provocar enfermedades mentales: ansiedad, depresión, autolesiones e incluso suicidio.

Si bien es cierto que algunas compañías como Twitter se han arremangado para limpiar sus redes, el mundo hater y los trolls siguen acampados en estas plataformas. Para luchar contra ellos, el primer ministro australiano ha comunicado la introducción de una nueva ley que incluye un punto que, de extenderse, cambiará el paradigma global. Pero volvamos a Australia.

Las nuevas leyes de difamación van a obligar a las plataformas a revelar las identidades de los usuarios que cometan delitos de odio. De negarse, serán las propias compañías y redes sociales quienes sean multadas. Es decir, la futura ley va a responsabilizar a Facebook, Instagram, Twitter o TikTok de los trolls que no expulsen.

En otro punto de la ley se explica que deberán crear una especie de sistema de quejas para que los usuarios puedan publicar experiencias donde están siendo víctimas. De esta manera, el primer paso antes de llegar a las sanciones a las plataformas, es que los trolls y usuarios más tóxicos tengan la oportunidad de eliminar el contenido difamatorio. En el caso de que no lo hagan, la plataforma será la encargada de solicitar la identidad del trol para proporcionárselo al ofendido.

Esta “orden de divulgación de información del usuario final” permitirá a las compañías como Meta o Twitter revelar la identidad de los usuarios. En el caso de no poder realizar la identificación o, simplemente, llegados al punto de que no hayan aceptado hacerlo, tendrán que pagar una sanción por los comentarios tóxicos de uno de sus usuarios. Digamos que cada plataforma se convertiría en una especie de responsable social subsidiaria.

Esta ley “anti-troll” recibirá su primer borrador durante esta semana y se presentará en el parlamento de Australia a principios del 2022. Eso sí, al ser una ley estatal y de carácter nacional, no implicará la identificación de cuentas que estén fuera del país.

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