Fénix siempre fue un personaje que me gustó de los X-Men. La muerte de Jean Grey hizo que Fénix naciera. En esencia era la misma persona, pero también todo había cambiado. Era más poderosa, segura de sí misma y entendía el rol que le había tocado. Igual que Taylor Swift después de Reputation.
Ser “Influencer” (así es como Forbes me llama) tiene mucho de X-Men. Es en la rareza, y en aceptar esas opiniones diferentes, lo que te hace entrañable. El trabajo no consiste en hacerse fotos bonitas, o contar una vida y transmitir una opinión que no son tuyas. No es encajar ni contentar a unos y a otros. Lo veo más bien como una guía. En alguien en quién puedes confiar, y que es en sus diferencias donde encuentras el valor, porque también te encuentras a ti mismo. Igual que sucede con nuestros amigos, ¿o no?
Quizás sea porque ya todas las hojas de Bryant Park estén a punto de caer para dar paso al invierno, y porque el invierno invita a la introspección, a los cafés, al chocolate a la taza y a las conversaciones; justo es en esa introspección cuando he entendido mi rol y he recuperado mi voz.
Un reset es lo que se le hace a un ordenador cuando algo no va bien. Sin embargo, nosotros no somos ordenadores, no necesitamos de resets, necesitamos de café y de tiempo. A veces ese tiempo no nos lo concedemos a nosotros mismos, y tampoco a las empresas con las que trabajamos. Pero otras veces, esas empresas han dado demasiados resets. Tantos que incluso han perdido su razón de ser. Y éste es el caso de la nueva Meta, la máscara de Facebook que quiere convencernos de que un universo digital es mejor que uno real. Y de eso te hablo en mi último episodio del podcast de “Café con Víctor”.
Lo siento Mark, pero dudo que me podáis ofrecer un cappuccino en esa realidad paralela.
Se bueno y levanta la vista de la pantalla en este precioso día de domingo.
– VICTOR ABARCA